Volví de Bali con la idea de organizar un nuevo viaje de campaña a Brasil con una de mis mejores amigas, también fotografa. El plan era perfecto: combinar trabajo con aventura y seguir desafiando los límites de lo que podemos alcanzar creativa- y profesionalmente. Pero cuando sos freelance, tu trabajo depende 100% de vos, lo que te da una libertad inigualable pero también tiene sus desventajas.
Bali fue una experiencia que me sacó 100% de mi zona de comfort. Terminé exhausta pero también super motivada a continuar creando oportunidades en el mundo de las producciones en remoto. Quería probarme a mí misma que podía hacerlo de nuevo, e incluso a mayor escala. Pero la vida tenia otros planes.
El viaje a Bali fue testigo de uno de los momentos más difíciles de mi vida: tuve que terminar una relación de siete años. Mientras estaba todavía allá, me mantuve activa porque tenia un millón de compromisos y responsabilidades que me mantenían ocupada. Pero una vez que volví a casa, la realidad me golpeó fuerte. El duelo fue abrumador e imposible de ignorar. Me encontré en un lugar en el que tenía que priorizar mi salud mental por sobre mi carrera, algo que se sintió necesario pero también muy frustrante. Decidí entonces cancelar el viaje a Brasil.
Tomar esa decision fue de lo mas difícil. Por un lado sabía que era lo mejor, pero por el otro, se sentía como dar un paso hacia atrás… como perder la oportunidad de seguir avanzando en mi carrera. Soy una persona muy ambiciosa y exigente conmigo misma, y a veces esto me juega en contra: dejar ir algo que quería un montón, incluso por mi propio bien, se sintió como un fracaso. Estaba enojada conmigo misma por no poder viajar igual.
Pero ahora, meses después, puedo ver como tomarme mi tiempo para sanar me dio el espacio para enfocarme en otros proyectos que venia postergando. Quedarme en casa me permitió conectar con marcas argentinas y lanzar mi podcast de fotografía analógica en español. Dos cosas que quería hacer hace ya tiempo. Mirando hacia atrás, entiendo cuánto necesitaba esa pausa, incluso con lo difícil que fue tomar esa decisión en su momento.
Brasil va a suceder algún día, estoy segura. Y en el mientras tanto, pude dedicarme a planear mi siguiente aventura: Paris. Como con cualquier lugar nuevo, me estuve tomando mi tiempo para conectar con distintas personas: productores, agencias, modelos, creativos y otros fotógrafos. Y, obviamente, armando propuestas y enviando ideas a distintas marcas. Este nuevo capitulo me tiene muy emocionada.
2025 promete ser un año de muchos viajes y nuevos destinos, que es lo que más me emociona en la vida. Pero creo que la mayor lección que traigo a este nuevo año, y que aprendi en este proceso, es que está bien cuando las cosas no salen acorde al plan. Está bien frenar, tomarse una pausa, dar un paso atrás y priorizarse a uno mismo. Cuando una puerta se cierra, el mundo se abre de maneras hermosas e inesperadas.
me emociono leyendo y agradezco poder haber estado acompañándote en este mega proceso, estoy orgullosa de vos 🩷🩷🩷